Ella es una dicotomía divina oculta.
Tres pases de polvos mágicos de colores por su cara, una blusa chic y alhajas aladinescas
dejan para los ojos a quien ella llama “niña fresa”.
Abracadabra…
… línea gruesa en sus párpados, labios marcados, hombros desnudos y abdomen descubierto hasta los huesos de las caderas, que le sostienen el pantalón; de negro y blue jeans, mujer fatal.
Con su velo de maquillaje inexistente, camina y se mueve con la gracia de una gata sobre el borde de una pared con picos de botella. Lo prefiere.
Tres pases de polvos mágicos de colores por su cara, una blusa chic y alhajas aladinescas
dejan para los ojos a quien ella llama “niña fresa”.
Abracadabra…
… línea gruesa en sus párpados, labios marcados, hombros desnudos y abdomen descubierto hasta los huesos de las caderas, que le sostienen el pantalón; de negro y blue jeans, mujer fatal.
Con su velo de maquillaje inexistente, camina y se mueve con la gracia de una gata sobre el borde de una pared con picos de botella. Lo prefiere.
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